14 de abril de 2011

Sos la sombra de la sombra de un príncipe azul

Corre veneno por mis venas en este momento. Lagrimas de frustración por mi cara. Un nudo en la garganta. Ganas de mandar todo a la mierda y romper un par de cabezas.
Es horrible la sensación que tengo de no poder cuidar nada, que lo que hago no vale ni un centavo. Que no valgo ni un centavo. Todo lo que quiero se autodestruye, es mas fuerte que yo. ¿Estaré destinada a no poder querer nada? Sigo pensando que la mejor opción es petrificar el corazón, que sienta, no lata, no nada. Y la vida cada vez me convence más. La felicidad viene en módulos, algunos mas largos que otros, pero por cada uno hay el doble de dolor. Ya sé que estoy escribiendo cosas muy deprimentes que no tiene mucho que ver conmigo, pero es así.. La inspiración aparece por el lado de la depresión, como en el romatisismo. Pero yo no soy un héroe romántico. Se que no puedo cambiar el mundo, pero no me voy a adaptar. Seguiré intentando hasta la muerte, es obvio que el suicidio no es opción, hasta eso me saldría mal.